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Fidel Portillo Cruces
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Checklist de superviviencia antes de lanzar tu página web .

¡Felicidades! Después de noches enteras de café, dilemas existenciales sobre la paleta de colores y una batalla campal con la tipografía, tu página web está casi lista para ver la luz. Antes de apretar ese botón mágico que la hará pública y te convertirá en la envidia de tus competidores, hagamos un último y crucial chequeo.
Piensa en esto como la revisión final antes de despegar. ¿Imaginas a un astronauta olvidando su casco? ¡Exacto! No queremos que tu web despegue sin el cinturón de seguridad puesto.
1. El test del primo/vecino/amigo: ¿Se entiende algo?
Invita a alguien que no tenga ni idea de tu negocio a navegar por tu página. Observa su cara. Si ves un gesto de confusión similar al de un perro viendo un truco de magia, ¡alerta roja! Es una señal de que la navegación no es tan intuitiva como pensabas.
Truco profesional: Dales una tarea, como «encuentra el precio del producto X» o «inscríbete a la newsletter». Si fracasan, es tu turno de simplificar.
2. La prueba de los dispositivos: ¿Está todo en su sitio?
Saca tu teléfono, tu tablet, tu laptop… ¡el microondas si tiene pantalla! Y revisa cómo se ve la web en cada uno. ¿Se superponen los textos? ¿Las imágenes se ven pixeladas? ¿El botón de compra está más allá del alcance de un pulgar humano? Si la respuesta es sí, es hora de optimizar. No querrás que un cliente potencial se rinda por culpa de un botón rebelde.
3. El examen de los textos: ¿Ortografía y coherencia?
Vuelve a leer cada texto. En voz alta, si es necesario. Busca faltas de ortografía que, de tan pequeñas, podrían pasar desapercibidas. «Vender» con «b» no le da un toque bohemio a tu negocio, te hace ver menos profesional. Además, asegúrate de que todos los textos se entiendan. Si estás hablando de tu producto estrella y la frase suena a trabalenguas, corrígela. Tu web debe comunicar, no confundir.
4. La cacería de enlaces rotos: ¡No más callejones sin salida!
Haz clic en cada enlace, en cada botón. ¿Te llevan a donde se supone que deben ir? Un enlace roto es como un «se busca» a la confianza de tus usuarios. ¡Atención! Esto incluye también los enlaces a redes sociales y a páginas internas. No hay nada más frustrante que querer seguirte en Instagram y que la página no exista.
5. La verificación de los formularios: ¿Funcionan de verdad?
Rellena todos los formularios de contacto, de suscripción, de lo que sea. Envía un mensaje y comprueba que lo recibas. Asegúrate de que los mensajes de confirmación se muestren correctamente y que no aparezcan errores extraños.
6. El control de velocidad: ¡No dejes que se enfrie el café!
¿Tu página tarda una eternidad en cargar? En la era de la gratificación instantánea, si tu web tarda más de 3 segundos en cargarse, la paciencia de tus usuarios se esfuma. Comprime las imágenes, usa un buen servicio de hosting y elimina lo que no sirve.
7. El control del «aviso legal»: ¿Todo en regla?
Asegúrate de que tus términos y condiciones, política de privacidad y aviso de cookies estén al día y sean fáciles de encontrar. Esto puede sonar aburrido, pero es tan importante como tener una puerta de entrada.
Lanzar una web es un gran paso. Revisar cada uno de estos puntos no es solo una tarea tediosa, es una inversión en el éxito de tu negocio. Una vez que hayas pasado el test y estés seguro de que tu web está en su mejor forma, ¡es hora de presionar el botón y darle la bienvenida al mundo!
Recuerda que siempre puedes contar con mi ayuda para crear, mejorar o asesorar en tu web.
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